2 horas cualquiera

Juan Martin Pastorini

Creo que eran alrededor de las 6 de la tarde, el plan era el de siempre, pase a buscar a Mateo por la casa para luego hacer lo propio por lo de Nicolas. Como de costumbre se demoraron y aproveche para revisar la mochila por las dudas, a pesar de que solo íbamos a ver una película lleve la cámara y los complementos como insinuando que algo podía pasar, de golpe abrieron las puertas y arrancamos a caminar.

Aprovechamos el largo camino para ponernos al día y por demás, aunque los 3 sabíamos que esa no era una tarde más, no había razones que jugaran a favor de eso, pero la niebla que cubría 18 en su totalidad y el saber que íbamos a llegar con la función empezada aportaba una cuota alta de dramatismo.

Efectivamente llegamos tarde, pero para nuestra sorpresa Cinemateca estaba cerrado y ahora sí definitivamente no era una tarde cualquiera. Intentamos buscar gente allegada al cine para preguntar sobre la situación, pero fue en vano.

Decidimos que debíamos hacer nuestra propia película y que debía estar situada en ese preciso tiempo y espacio. Parecía utópica la idea ya que no había ni guión ni trama, pero decidimos improvisar.

Definimos roles y pusimos en marcha el proyecto, yo quedé encargado de filmar, pero las primeras tomas fueron un desastre, aburridas y sin sustento alguno, todo parecía indicar que el proyecto se iba a terminar a la brevedad como tantos otros.

Fue ahí cuando optamos por dejar de improvisar y tan solo filmar lo que estaba ocurriendo, charlas mundanas sin contexto alguno, pero con el valioso factor de estar aconteciendo en ese momento. Ahí se dio lo mejor, la cámara registró todo, pero pasó desapercibida y como si no estuviera logró captar la nada misma porque al fin y al cabo de eso intuimos que iba la trama, intentamos desde cero obtener algo que valiera la pena.

Sentimos que el tiempo no había pasado, pero voló, se fueron 2 horas que quedaron patentadas como una película o simplemente como otras 2 horas cualquiera de nuestra vida.

El resultado lo vimos 12 meses después, pero esta vez el cine sí estaba abierto porque al parecer 2 horas de charlas que en su momento parecían insignificantes dejaron de serlo.