Al fin había podido hacerme un tiempo para ir al cine, caminé desde casa por la rambla rumbo allí. Qué plan genial para un jueves de tarde, además esquivando shoppings y estacionamientos, poder ir a al cine de verdad sin los adornos y cachivaches que hay que sortear en algunas salas de moda. Conocí el cine cuando mi papá me regaló un pase libre aquel verano que me había esguinzado el pie derecho, nunca dejé de venir desde eso.
Me llevé mis reservas de pasas de uva con chocolate, me acomodé en mi asiento, las nuevas butacas turquesas te abrazaban con suavidad. Empezó la película, placeres terrenales, o momentos hygge como le dicen ahora los jóvenes.
La película es de suspenso, un grupo de cineastas recuperan un archivo de cintas escondidas durante la dictadura en un estacionamiento. Las cintas parecen querer decir algo, alrededor del grupo comienzan a pasar sucesos extraños.
Intentan reproducirlas en una vieja sala de la ciudad, invitan a algunos de sus amigos. Una mujer de pelo corto castaño llega despreocupada, me llama la atención algo en ella, algo familiar. Deja caer algo al piso que se desparrama por el suelo, parecen pequeñas bolitas ¿marrones? No distingo del todo.
Cuando la cinta falla, solo queda ella visible nítidamente en la pantalla, ella y su asiento color turquesa azulado. Sobre su cabeza una sombra oscura, inquietante. La pantalla se difuminó por completo, el gris que tomaba la escena se confundía con contornos extraños, inteligibles.
La puerta de la sala se abrió luego de un crujido molesto… Solo quienes estábamos en las últimas filas llegamos a percatarnos.
Una sombra difusa recorrió el pasillo, cuando llego al frente, a la pantalla, pareció que comenzaba a agrandarse. Poco a poco inundó todo el espacio, como la niebla del inicio del día en los meses fríos.
Fríos… Como todos nos quedamos en esa sala.
No pude ver nada más a mi alrededor, aunque lo intenté con todas mis capacidades, intenté moverme… También en vano. No llegaban hasta mí sonidos siquiera. Todo quedo en pausa.
Pausa.
Voz de locución de radio «Extraños sucesos se registraron ayer en la noche en un conocido cine de la ciudad, durante la función de una de las películas en cartel se habría producido una falla en el sistema de reproducción fílmica que provocó un apagón. Los asistentes al salir se veían desorientados y confundidos, al parecer no tienen daño físico alguno, pero habrían experimentado algún tipo de shock. No han podido expresar aun lo que experimentaron durante la función, están recibiendo apoyo profesional y se espera puedan hacerlo durante las próximas horas.
La película, que continúa en cartel hasta el próximo fin de semana, es una versión restaurada de una cinta H18 cuyo film del género terror habría sido una de las primeras producidas en nuestro país en la década de los 90, sin conocerse detalles sobre sus creadores o de cómo llegó a las bóvedas del archivo del cine, lo que mantiene un halo de misterio alrededor de la misma que se suma a este particular suceso.»