Prólogo

María José Santacreu

Cuando en 2013 nos propusimos contar la historia de Cinemateca Uruguaya y le encomendamos al escritor Carlos María Domínguez que se pusiera manos a la obra, de lo que se trataba era de intentar detener el paso del tiempo, recoger los testimonios de una generación que fue determinante en la creación de la Cinemateca y que por su edad ya estaba en retirada y, fundamentalmente, de subsanar la paradoja de que una institución especializada en guardar la memoria, en este caso, fílmica, no se ocupara de preservar la suya propia.

Así fue que nació el libro 24 ilusiones por segundo. La historia de Cinemateca Uruguaya y, en lo personal, hubiera preferido que el subtítulo fuera “Una historia de Cinemateca Uruguaya”, porque sé, de primera mano, que sobre esta institución hay muchas versiones, muchas voces, muchas historias, a menudo, contrapuestas, al punto de que si Akira Kurosawa no hubiera alcanzado hace mucho tiempo la cumbre de la excelencia con Rashomon, bien se podría haber intentado algo parecido con la Cinemateca.

Cuando, cumpliendo con las obligaciones de nuestro cargo, nos toca representar públicamente a la institución o cuando, en nuestros círculos más o menos privados decimos que integramos el equipo de Cinemateca, no es infrecuente que la gente, espontáneamente se acerque y nos cuente anécdotas e historias que ocurrieron en estas salas de cine, algunas, verdaderamente inusuales, otras, relativamente previsibles, como aquellas que involucran películas que se queman ante los ojos del espectador al entrar en contacto con la lámpara, rollos cambiados y diversas variantes del slapstick que involucran porteros, boleteros o proyeccionistas en sus versiones más delirantes. Que esto suceda es la prueba más palpable de lo arraigada que ha estado siempre la Cinemateca en la sociedad uruguaya y del cariño inmenso que le tiene nuestra gente. Son anécdotas que tienen que ver con el cine, claro, pero sobre todo, con las vidas de las personas. En nuestras salas nuestros socios conocieron a sus parejas o se separaron de ellas, se guarecieron de las tormentas de agua o de las políticas, se encontraron o desencontraron con amigos, vieron la película que hasta el día de hoy aman, o la que más detestan pero, aún así, no pueden olvidar. Lo mismo sucede con nuestro acervo fílmico. No es necesario que nosotros digamos lo valiosa que es la colección de Cinemateca porque la gente la ha visto. Nuestro archivo es todo lo contrario del depósito de un museo, es, más bien, la plataforma de lanzamiento hacia las pantallas. De allí salían, directo a Pocitos, a Carnelli, a La Linterna Mágica, a Estudio 1 o  aCinemateca 18; de allí salen ahora hacia nuestra nueva sede de la calle Bartolomé Mitre, donde vuelven a girar en los proyectores 35mm de la Sala 2, correctamente denominada la “sala de los socios”.

Esta realidad es la que nos llevó, en nuestro 70 aniversario, a organizar este concurso de relatos. La idea era, nuevamente, preservar la memoria de la institución, a través de los relatos testimoniales, pero también ir un paso más allá, alentando a los socios a escribir cuentos de ficción que tuvieran algo que los vinculara a la Cinemateca, en el entendido de que, para hacerlo de manera verosímil siempre debían partir de un conocimiento de la Cinemateca y de una especulación sobre algo que no pasó pero que pudo haber pasado.

El resultado es esta publicación que hoy tienen en sus manos y que recoge los relatos premiados en el Concurso “Pasó en Cinemateca”, realizado con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos, el Instituto Nacional de Letras, Gráfica Mosca y Editorial Hum, en las dos categorías denominadas “Premio China Zorrilla” al mejor relato documental y “Premio Homero Alsina Thevenet”, al mejor relato de ficción, así denominados para homenajear, además, a estos dos gigantes del cine y la cultura uruguaya en sus Centenarios. La publicación también recoge una selección de los 112 relatos que se inscribieron en el concurso. Todos los  relatos participantes pueden leerse en www.pasoen.cinemateca.org.uy.

La celebración del 70º aniversario de Cinemateca Uruguaya fue una fiesta emocionante, que duró todo el 2022, el año que salíamos de una pandemia que logró lo que no había logrado ni siquiera la dictadura militar: cerrar las puertas de la Cinemateca.

Esta publicación aspira a ser un registro de la celebración de las siete décadas de historia de la Cinemateca Uruguaya, pero sobre todo, es la constatación de hasta qué punto la Cinemateca y la sociedad uruguaya continúan recorriendo su camino fuertes y juntas.

María José Santacreu
Coordinadora Gral.
Cinemateca Uruguaya